La montaña Gellért está coronada
por la Ciudadela y el Monumento a la Libertad. Se puede ir a la parte más alta
del monte en coche o en autobús, pero a pie es la mejor forma de hacerlo.
Subir a ella resulta algo
agotador por la pendiente que tiene, pero sin duda merece la pena porque en los
senderos hay miradores con unas
imponentes vistas de la ciudad y del Danubio.
Cuando el rey Esteban decidió adoptar el cristianismo como religión oficial para su país, pidió ayuda al obispo Gellért. Al morir el monarca, los paganos mataron al obispo encerrándole en un barril y arrojándole montaña abajo. En recuerdo se le puso su nombre a este lugar.
Antes de iniciar la subida pasamos por delante del Hotel Gellért considerado el mejor alojamiento histórico en Budapest. El edificio es de estilo Art Nouveau y posee uno de los balnearios más prestigiosos. Sus baños reciben las aguas termales de los manantiales de la cercana montaña. Se puede acceder a sus instalaciones sin estar alojado en el establecimiento.
Comenzando el ascenso nos encontramos con una iglesia excavada en la roca. Es una iglesia rupestre que se construyó en 1926. Durante el periodo comunista su entrada fue tapiada, se prohibió el culto y muchos monjes fueron encarcelados. Se volvió a abrir en 1989, en su sencillo interior hay varias tallas de madera y un altar de granito.
Después continuamos por el
camino, entre los árboles hay varios
miradores con vistas panorámicas que según vamos subiendo se vuelven cada vez
más espectaculares.
En el punto más alto se sitúa la
Ciudadela, la antigua fortaleza
construida por los Habsburgo como defensa de la zona ante las constantes
revueltas contra la ciudad.
Dentro de la Ciudadela se puede
visitar una exposición de fotografías y un museo de historia militar. También
se puede ver un búnker de la II Guerra
Mundial.
El Monumento a la Libertad se erigió para conmemorar la liberación de Budapest. La figura central es una mujer que sostiene una hoja de palma sobre su cabeza.
En la actualidad los alrededores se han convertido en grandes parques adornados con flores. Las increíbles vistas de la zona del Castillo de Buda, del Parlamento y de los puentes del río Danubio recrean una ciudad sorprendente.
Inma